viernes, 3 de abril de 2009

LA INSTITUCIÓN DEL REINO TEOCRÁTICO EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

LA INSTITUCIÓN DEL REINO TEOCRÁTICO EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

El anuncio angélico proclama el establecimiento del reino teocrático con las palabras:

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado (Ap. 11:15-17).

Otro ángel, que tiene "el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo" (Ap. 14:6), dice:

Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad \ a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas (Ap. 14:7).

El "evangelio eterno" es el anuncio de que el eterno propósito de Dios se ^stá cumpliendo. El evangelio eterno es sustancialmente el mismo evangelio del reino. Son las buenas nuevas de que el rey se ha acercado para establecer el reino que era el eterno propósito de Dios. Kelly, hablando del evangelio eterno, dice:

Es llamado por Mateo el "evangelio del reino". El "evangelio del reino" y "el evangelio eterno" son sustancialmente semejantes. En el Apocalipsis se lo llama así, porque siempre fue propósito de Dios, mediante la simiente herida de la mujer, aplastar al enemigo, y bendecir al hombre mismo aquí abajo. Mateo, de acuerdo con su plan, prefiere llamarlo el "evangelio del reino", porque Cristo va a ser el Rey de un reino preparado desde la fundación del mundo.6

El mundo se someterá a la autoridad del rey y le dará culto a Dios. La ora­ción no pronunciada del legítimo Rey habrá sido ofrecida y contestada (Sal. 2:8) y se le dará dominio al que posee la tierra en el nombre de Dios.

Puede darse un número de razones para explicar por qué este reino teocrá­tico es una absoluta necesidad. (1) Es necesario para poder preservar la inte­gridad del carácter de Dios. Peters escribe:

Si tal reino teocrático, como el que Dios mismo instituyó, no es permanente y gloriosamente restablecido aquí en la tierra, se deduce que los esfuerzos de Dios para el establecimiento del gobierno, y el interés que El manifiesta en ese reino, son, infructuosos, no tienen resultados perdurables. O, en otras palabras, su propio Rei­no ha resultado ser un fracaso ... El honor, la majestad, etc., de Dios, están inme­diatamente interesados en su restauración, o de lo contrario se diría que el Todo­poderoso emprendió una obra que, debido al hombre, no pudo cumplir.

(2) Es necesario para cumplir el propósito de Dios de demostrar su perfec­to gobierno sobre la tierra.

Esta será una teocracia de hecho y en verdad, porque en este reino reorganizado encontramos la idea teocrática -la idea que Dios tiene del gobierno perfecto-completamente consumada. El Gobierno residirá segura y poderosamente en una Persona, quien en Sí misma une lo humano con lo Divino, que llega a ser, de acuer­do con "el pacto eterno" y "las misericordias firmes a David" (Is. 55:3,4, versión de Alejandro), "el Jefe y Comandante de las naciones"

(1) Es necesario para restaurar la armonía original entre Dios y su crea­ción, entre lo sobrenatural y lo natural.

(2)

El reino había sido designado para restaurar y manifestar la concordia original que una vez existió entre lo natural y lo sobrenatural. Cuando la Biblia cierra el reino ha vuelto a esa concordancia. El reino no se puede producir sin lo sobre­natural, porque requiere, como se ha predicho, un Rey sobrenatural, que haya sido provisto de una manera sobrenatural y gobernantes que hayan experimentado un poder transformador sobrenatural. Aun en su concepción y medidas preparatorias, así como en su manifestación final, esta indisolublemente ligado a lo divino ... No es posible que el reino y lo sobrenatural puedan separarse . . . Cuando Jesús, que es de origen sobrenatural, venga por segunda vez para salvación, ejercerá su poder sobrenatural a favor de este reino de la manera más asombrosa.

(4) Es necesario para poder redimir la tierra de la maldición que le ha sido impuesta.

Los profetas proclaman a una voz que este reino ha de establecerse de manera que el hombre pueda encontrar en él liberación completa y perfecta del pecado y del mal. El reino ha de establecerse, para que el hombre y la naturaleza puedan ser felizmente rescatados de la maldición impuesta por causa del pecado bajo el cual ambos laboran y gimen.

(5) Es necesario para poder cumplir todos los pactos eternos que Dios ha hecho con Israel. Aparte del reino teocrático terrenal no habrá ningún cum­plimiento del pacto que Dios le hizo a Abraham, mediante el cual le prome­tió a Israel la posesión de la tierra, perpetuidad como nación, y las bendicio­nes universales mediante esa nación. Aparte del reino, el pacto davídico no podría cumplirse, el cual había prometido a Israel un Rey del linaje de Da­vid, un trono o asiento reconocido de autoridad desde el cual ese Rey gober­naría, y un pueblo o reino sobre el cual el Rey reinaría. Aparte de ese reino el pacto palestino, que prometió a Israel la posesión de la tierra, y bendicio­nes en la posesión de ella, no se cumpliría. Aparte de ese reino teocrático, el nuevo pacto, que prometió a Israel la conversión, un nuevo corazón, y la plenitud de las bendiciones de Dios, no se cumpliría.

(6) Es necesario para poder proveerle una prueba final a la humanidad caída. El hombre será puesto bajo las más ideales circunstancias. Se le quita­rá toda fuente externa de tentación, Satanás será atado, y toda necesidad será suplida, de manera que nada haya que codiciar; se demostrará por medio de los que nazcan en el milenio con naturaleza caída, pecaminosa, que el hombre está corrompido y que es digno de juicio. A pesar de la presencia visible del Rey y de todas las bendiciones que emanan de El, los hombres probarán, mediante la rebelión al final del milenio (Ap. 20:7-9), que su corazón está corrompido.

(7) Es necesario para poner completamente de manifiesto la gloria de Cristo en el reino sobre el cual El gobernará.

En todos los aspectos en que contemplamos el asunto, parece conveniente y necesario que se cumpla esa teocracia como fue predicha. Además de las razones aducidas, derivadas de los pactos, la fidelidad de Dios, la redención de la tierra, etc., parece eminentemente adecuado que el teatro de la humillación, sufrimientos y muerte del Rey Jesús sea también testigo de su exaltación y gloria. La Biblia, además de los argumentos que nos presenta, señala al tiempo venidero en que Cristo será abierta y visiblemente reconocido como el glorioso, quien, como segundo Adán, habiéndose ofrecido a Sí mismo como Sustituto por amor, será la Cabeza eficaz de la humanidad en su recién comenzado destino; quien, como Redentor, habiéndose ofrecido en expiación a Dios, y habiendo honrado la justicia de Dios, prácticamente manifestará entonces los frutos de la salvación; quien, como Profeta,

Habiendo enseñado la restitución, se presentará entonces como la verdad evidenciada por la obra que se realiza ante El; quien, como Sacerdote, habiendo ofrecido un sacrificio aceptable, presentará ante el mundo el fruto que resulta de ese sacri­ficio; quien, como Rey, en virtud de su unión divina que hoy nos manifiesta por medio de su dirección, ayuda, etc., la manifestará entonces de manera especial y ordenada como Gobernante soberano. En resumen, esta teocracia es la restaura­ción de la morada de Dios con el hombre, Dios será accesible, y Jesús se constituirá en Cabeza infalible, tal como el mundo lo necesita, tal como el hombre lo ha anhe­lado durante siglos, y será tal que colocará al Hijo de David en honor y gloria sobre el mundo donde El sufrió y murió. El trato que se le dio, y la breve estada del Hijo de Dios e Hijo de David en esta tierra aseguran, su regreso triunfante, y la permanencia en el poder sobre los hombres que El salvará, con lo cual se verificará su nombre "Emanuel", Dios con nosotros, en el sentido teocrático.11

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