Parte III: El Amileniarismo
Alberto Roldán
El retomo de Cristo será precedido por ciertos signos: predicación del evangelio a todas las naciones, conversión de la plenitud de Israel, gran apostasía, gran Tribulación...
El Amilenarismo (A) es la corriente teológica que, a partir de una interpretación simbólica de Ap. 20.1-6, sostiene que el Milenio no es un período definido que ocurrirá en el futuro sino que es una expresión referida a la era iniciada con la obra de Cristo y que se extenderá hasta Su Segunda Venida en gloria.
El A también dice que
David Bruce, en su artículo Formas de acercamiento a la profecía bíblica (Approaches to biblical prophecy), dice que varios Padres de
ÉNFASIS Y CARACTERÍSTICAS
Los amilenaristas, al menos varios de ellos, han objetado el término Amilenarismo por considerarlo insatisfactorio como descriptivo de su posición. Ese término parece sugerir que los adherentes al sistema no creen en absoluto en alguna forma de Milenio, como si ignoraran prácticamente los primeros versículos de Apocalipsis 20. Se ha propuesto reemplazarlo por expresiones tales como "milenarismo realizado " u otros parecidos. De todos modos, el cambio no es tan importante y, de hecho, históricamente a esta escuela se la ha conocido como Amilenarismo.
La primera venida de Cristo representa para el A una "escatología inaugurada". Cristo ha ganado una victoria decisiva sobre el pecado, la muerte y Satanás. Para los A el día más importante de la historia ha ocurrido en la cruz del Calvario.
Existe un único pueblo de Dios, compuesto por judíos y gentiles. En esto, hay total coincidencia con el Premilenarismo histórico.
El reino de Dios es tanto presente como futuro. Los A no creen que el reino de Dios sea primariamente un reino judaico que incluya la restauración literal del trono de David. Ellos creen que el Reino ha sido iniciado por Cristo y está operando en la historia ahora, siendo destinado a revelarse en plenitud en el futuro. Por eso, el Reino es tanto presente como futuro. Presentan textos tales como: Mt. 12.28; Lc. 17.20-21; Mt. 7.21-23; 8.11; 12; Ro. 14.17; 1Co. 4.19-20; Col. 1.13-14; 1 Co.6.9; Gá.5.21; Ef.5.5;2 Ti. 4.18.
Aunque el último día es todavía del futuro, desde el Hecho de Cristo en la cruz ya vivimos en los últimos tiempos. Apelan a los siguientes pasajes:
Hch. 2.16-17; 1 Jn. 2.18; Jn. 6.39-40; 6.44,54; 11.24; 12.48; Ro.8.23; 2Co.5.17; lCo.6.19; Col. 3.9-10.
El retomo de Cristo será precedido por ciertos signos: predicación del evangelio a todas las naciones, conversión de la plenitud de Israel, gran apostasía. Gran Tribulación y venida del Anticristo. Estos signos tendrán un clímax justamente antes de que el Señor retome. Esto será, según el A, un solo evento. No habría en su estudio lugar para dos futuras venidas ni dos etapas de
Después de la resurrección, cuando ocurrirá a la venida del Señor, los creyentes que estén vivos serán inmediatamente transformados y glorificados. Aquí se concretará el arrebatamiento de que habla 1 Tesalonicenses 4.13 y ss. Luego del juicio final que tendrá como propósitos revelar la glorificación de Dios en el destino final asignado a cada persona, y después de saber el grado de castigo que cada uno recibirá, se verificará el comienzo del Estado Final. (Los pasajes bíblicos citados son: Ap. 21,22; Ro. 8.19-22; Is. 65.17; 66.22; ml 5.5; 2 Pe. 3.13). Es allí, en los cielos y tierra nuevos, donde los A ven el cumplimiento de las profecías velero testamentarias que los dispensacionalistas toman como referencias al milenio terrenal. Dice Hoekema: "Los amilenaristas, por lo tanto, no sienten necesidad de poner un milenio terrenal para proveer el cumplimento a profecías de esta clase; ellos ven tales profecías como señalando un glorioso y eterno futuro que espera a todo el pueblo de Dios. (The Meaning...).
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